Cimbra triunvirato duartista

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  •  Érick Lagos, Adolfo Motita y Alberto Silva se coaligan para quedarse con la candidatura a mini gobernador de Veracruz en el año 2016

  • Su objetivo: descarrilar, primero, a Jorge Carvallo y BuganZa, y luego, a los senadores Pepe y Héctor Yunes, y por último a Miguel Ángel Yunes Linares, inminente candidato panista para el 2016 

 

LUIS_VELAZQUEZIgual que en Roma un siglo antes de Cristo y en México hacia 1823 cuando fue disuelto el Imperio de Agustín de Iturbide, en Veracruz ha nacido un triunvirato.

Igual que entonces, el trío tiene un solo objetivo: aun cuando faltan unos 15 meses; pero considerando que Roma nunca se levantó en un día, el triunvirato tiene como meta adueñarse de la candidatura a la mini gubernatura de dos años.

Y aun cuando la nómina de los tres resulta incongruente, inverosímil e insoluta, ellos han pactado restañar viejas heridas, agravios, humillaciones, escarnios, para descarrilar a sus adversarios y enemigos.

El triunvirato del siglo XXI en Veracruz está formado por Érick Lagos, secretario General de Gobierno; Adolfo Motita, titular de Educación, y Alberto Silva Ramos, director de Comunicación Social del gobierno estatal.

Y los tres, se afirma, empeñados en desplomar por completo a Jorge Alejandro Carvallo Delfín, SEDESOL, y Gerardo BuganZa Salmerón, SIOP, y a cualquier otro que de pronto se tire incienso camino a la silla embrujada del palacio principal de Xalapa.

Claro, también miran en los  senadores priistas Pepe Yunes Zorrilla y Héctor Yunes Landa a sus dinosaurios más bragados; pero con todo, ellos creen que las pueden.

Como de igual manera creen que unidos será más fácil tumbar al panista Miguel Ángel Yunes Linares, quien parece entre el clan azul perfilarse como el puntero.

Así, el trío se sentirán Cayo Julio César, Pompeyo Magno y Marcos Licenio Craso, el primer triunvirato formado en Roma en el siglo I antes de Cristo.

Y/o, en todo caso, un poquito más acá, sentirse Marco Antonio, Marco Emilio o César Octaviano, el segundo triunvirato en la historia política del mundo.

Trío al fin, y sin la visión de Estado que tenían aquellos emperadores romanos, Lagos, Motita (“La locota” le llama Érick Lagos, “Chilly Willy”) y “El cisne” (“El totol” le apoda Lagos) podrían, en contraparte, terminar como los otros tríos famosos en el mundo.

Por ejemplo, Los tres chiflados. También, Los tres cochinitos. Acaso, Los chicos súper poderosos. En todo caso, Los tres tristes tigres.

Y/o Los Tres Patines. O como los tres barcos de Cristóbal Colón: La Niña, La Pinta y la Santamaría.

En un descuido si fueran políticos bragados, entrones y peleadores callejeros, mudarían a El Santo, Blue Demon y el Mil Máscaras.

Incluso, hasta en Batman, Superman y la Batichica.

Pero si fracasaran en el intento, entonces, podrían parecerse a Los Polivoces y Zamorita.

O a Los tres García.

A Hugo, Paco y Luis, los niños malcriados del Pato Donald.

Claro, nadie puede descartar que se afinaran tan bien tan bien tan bien que mudarían en Los Tres Mosqueteros o Los tres Reyes Magos, y hasta en el trío de Los Panchos, Los Tecolines, Los Tres Diamantes, Los Dandy’s, Los Tres Caballeros, Los Tres Ases.

Es más, y dado que hoy se vive el tiempo del medio ambiente, Érick Lagos, Motita y Alberto Silva terminarían como los tres elementos de la tierra: agua, tierra y fuego.

La moneda, pues, está en el aire y quedan unos 15 meses para saber su nueva identidad, tiempo suficiente para los ajustes y reajustes; pero de igual modo para seducir y encantar a sus fans (familiares, amigos, ninis y socios) y a sus barbies, ladies y kens, que también los hay.

 

EN MARCHA, ESTRATEGIA DEL TRIUNVIRATO 

Según las versiones, Érick Lagos, Motita y Silva han lanzado su estrategia  operativa.

Uno. Adueñarse de las neuronas del gobernador y del góber fogoso y gozoso.

Dos. Cabildear en el altiplano para abrirse puertas, incluso, tocar el corazón de Emilio Chuayffet Chemor, secretario de Educación Pública y Enlace Presidencial con los gobernadores del sur del país, entre ellos Veracruz, pues su análisis también cuenta para Enrique Peña Nieto.

Tres. Adueñarse de algunas columnas periodísticas para que un día encumbren a Lagos, otro a Motita y otro a Silva.

Claro, por ahora, Motita, más chucha cuerera que su par de aliados, con más fogueo en el campo de batalla, con más experiencia, más zorruno, se ha mantenido con un bajo perfil, mientras, de paso, resuelve su candidatura a diputado federal por el distrito de Xalapa rural, donde la Diosa Encuesta lo perfila con una derrota anunciada.

Y, por eso mismo, “El cisne” es el más activo del triunvirato, seguido por Lagos, en la pasarela mediática.

Además, Motita sabe que falta un año y medio para las últimas palabras que serán pronunciadas por Javier Duarte y Peña Nieto en común acuerdo y por eso se repliega, pues el poder desgasta y el poder absoluto desgasta de manera absoluta.

Y cuatro. Operar por arriba y debajo de la mesa y amacizarse con la curul federal.

En el caso de Lagos, por el distrito de Acayucan, y en el caso de Silva, por Tuxpan, aun cuando hacia la mitad de la semana anterior trascendió que habló con algunos de su equipo en la vocería para decirles que ahora se quedaría en la Secretaría General de Gobierno para así desbarrancar a Gerardo Buganza, que cabildea tal posibilidad.

En contraparte, falta conocer la reacción tanto de Carvallo como de BuganZa, pues ambos tienen cortocircuito, cada uno por su lado, con un mal karma.

Y más porque ambos andan como llaneros solitarios cada quien con sus redes sociales.

Pero más aún, porque mientras BuganZa es un ángel terrenal que escucha misa y confiesa y comulga y se arrodilla todos los días en la iglesia, Carvallo es un hereje y un apóstata, condenado desde ahora a terminar sus días extraterrestres en el infierno, al lado de todas las mesalinas del planeta.