Cada día envejece más la deuda pública

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•Antes de los Juegos Centroamericanos, el gobierno de Veracruz ofreció pagar 1,500 millones de pesos a la Universidad Veracruzana y a los dueños de los medios 

•En ningún caso cumplió 

•Deben meses de participaciones federales a los alcaldes 

 

LUIS_VELAZQUEZAntes de los Juegos Centroamericanos, muchas cositas pasaron.

Entre ellas,  el gobierno de Veracruz ofreció, mejor dicho, juró y perjuró que antes de los Juegos le pagarían a la Universidad Veracruzana los 1,500 millones de pesos de deuditas atrasadas.

También, garantizó a los dueños de los medios que les cubrirían los adeudos pendientes, en unos casos, desde hace un año.

Y, bueno, los Juegos terminaron y está enfrente la Cumbre Iberoamericana y nada. Ni un centavo de abonito. Ni una disculpa, vaya.

Es más, si se recuerda, llena de fe, la rectora de la UV, doctora Sara Ladrón de Guevara, pidió a los estudiantes que por ningún motivo se fueran a la calle por el caso Ayotzinapa porque dañarían la imagen bonita de Veracruz, y ahora, de pronto, zas, el presidente Enrique Peña Nieto ha gritado ante el mundo que “Todos somos Ayotzinapa”.

Incluso, la rectora se expuso a un griterío numeroso de académicos y alumnos por su incongruencia universitaria, que se deriva de universal, y le valió.

Confiaba en que le pagarían.

Tampoco pagaron a los magnates periodísticos.

Claro, uno que otro sabía de antemano que se trataba de un chorizo más, pues hurgó en el sórdido mundo de la burocracia y descubrió que, en efecto, había tal intencionalidad; pero, al mismo tiempo, ellos estaban excluidos.

Desde hace un año así nos traen, asegura el director editorial de un medio escrito. Y, bueno, a veces, han pagado… en cachitos.

Y de cachito en cachito han transcurrido 12 meses y como el ingreso oficial significa el más fuerte para los medios, ni modo, a seguir viviendo de la esperanza.

Incluso, cotejan los tiempos.

En tiempo de María Georgina Domínguez como directora de Comunicación Social, intimidaba y amenazaba:

“Si critican al gobernador y al gabinete, no te pago”.

Y los doblegaba.

Y de cualquier manera, cobrar era un milagro.

Ahora, Alberto Silva Ramos se la ha pasado ofreciendo que “pagaremos, pronto, hermanito, pronto”; pero es un agarrador de pendejos.

Según ellos, Silva llegó de la Secretaría de Desarrollo Social proveniente de la presidencia municipal (inconclusa) de Tuxpan, con buenos augurios, vientos favorables.

Pero pronto Javier Duarte registró que trabajaba para él mismo, promoviéndose como el candidato a la gubernatura y la llave le fue cerrada desde la Secretaría de Finanzas y Planeación.

Entonces, empezó a vivir en gerundio, ofreciendo a todos que pagarían los adeudos pendientes.

 

DEBEN PARTICIPACIONES FEDERALES A LOS ALCALDES 

Ha sido el caso de la Universidad Veracruzana. Nadie como Fidel Herrera manipuló la relación con la máxima casa de estudios.

Según las versiones, durante los seis años de su mandato rasuró 200 millones de pesos anuales, lo que completaron 1,200 millones.

En el primer año del duartismo el gobierno estatal sufragó una parte de la deuda; pero ahora una vez más se ha multiplicado, llegando a 1,500 millones.

Siempre con la promesa que el pronto pago será cumplido.

Por eso, observa un político priista, los Juegos salieron bien en materia presupuestaria; pero a costa de mantener en la espera a otros.

Por ejemplo, cero pagos a la iniciativa privada, al grado que algunos presidentes municipales se quejan que desde hace tres meses les adeudan hasta las participaciones.

La alcaldesa de Rodríguez Clara, Amanda Gasperín Bulbarela, denunció en su oportunidad que le debían cien millones de pesos… de las participaciones federales, cuando tales recursos salen etiquetados desde la Secretaría de Hacienda y Crédito Público.

El alcalde de Tonayán dijo que le debían 5 millones de pesos para el renglón deportivo.

 

LA DEUDA SE VUELVE MÁS VIEJA 

Así ha transcurrido el sexenio.

Y, por tanto, eso de que las arcas están vacías y por culpa de Fidel Herrera estamos en el cuarto año de austeridad y SEFIPLAN está desfondada pareciera se trata de un cuento chino.

Incluso, pareciera que hasta se reproduce el modelo financiero de Agustín Acosta Lagunes (1980/86) cuando durante un par de año cerró la llave a todos los presidentes municipales para que el dinero público “sudara” en el mundo bursátil.

El caso es que, bueno, hay recursos para unas cositas y para otras, siempre la misma respuesta: “Debo, no niego; pago, no tengo, y te pagaré en la primera oportunidad; pero sígueme ayudando”.

Los Juegos, pues, han terminado. El año está por irse. Cinco secretarios de Finanzas y Planeación han caminado por la dependencia, con cinco estilos diferentes de actuar ante la deuda pública. Y la deuda subsiste con la misma intensidad, quizá peor, que antes, pues cada vez se vuelve más vieja.