Tras haber dado a luz, la artista, directora y exvocalista de Summer Camp, Elizabeth Sankey, terminó en una sala psiquiátrica, sintiéndose culpable al tener ideas atroces que le hacía a su bebé recién nacido. Sankey se sentía sumida en la miseria y con miedo al sentir que una ‘fuerza maligna’ se apoderaba de ella y la obligaba a tener ciertos impulsos crueles y homicidas cuando estaba a solas con su bebé.
Después de un par de semanas viviendo un infierno mental, Elizabeth Sankey ingresó a un centro psiquiátrico del Reino Unido en donde fue diagnosticada con ansiedad y una profunda depresión postparto y conoció a cientos de mujeres quienes, como ella, habían experimentado situaciones muy similares.
Ese pasaje de su vida le llevó a darle voz a ella y millones de mujeres en el mundo que son juzgadas y criticadas severamente por si quiera hablar o evidenciar los estragos del post parto, en el documental Brujas.
Cuando estaba enferma me ayudó mucho escuchar las historias de otras mujeres que tuvieron experiencias similares. Estuve en un grupo llamado Motherly Love (Amor Maternal) en el que todas compartíamos todo lo que sentíamos y pensábamos, había mucha franqueza y honestidad y eso significó mucho para mí, me hizo darme cuenta del poder que tienen las mujeres al hablar sobre lo que han pasado y poder compartir sus síntomas”, contó en entrevista con Excélsior Elizabeth Sankey.
El documental, disponible en la plataforma Mubi, ha tenido una gran recepción de parte del público en general y de las mujeres en particular, quienes se han acercado a la realizadora a darle las gracias por hablar de la realidad que viven muchas mujeres al convertirse en madres y dejar de lado la idea obsoleta y rosa de que la maternidad es “lo mejor” que puede experimentar una mujer.Brujas conecta de una manera hermosa con las mujeres, pues hace que quieran compartir sus experiencias ante la maternidad, lo cual me encanta y es lo que busca la película. Sin embargo, también trágicamente, una de las cosas más comunes que sucede en las proyecciones es que las mujeres digan que han perdido a alguien cercano a ellas a causa de una de estas enfermedades, a alguien que conocen que se ha suicidado.Eso es algo que vuelve a surgir en muchas de las proyecciones, lo que realmente me hace pensar en la urgencia, me hace entender la urgencia de la película y que es muy importante que como sociedad desestigmaticemos estas conversaciones”, compartió Sankey.
Tal como lo hizo en su cinta anterior, Romantic Comedy, Elizabeth Sankey se valió de testimonios propios, así como de otras mujeres que conoció en su camino, entre ellas profesionales expertas en el área psiquiátrica y el postparto y los compaginó con imágenes de películas de distintas épocas que hablaban de las brujas, aquellas mujeres que poseían conocimientos medicinales, que ayudaban a otros y que eran señaladas y mandadas a la hoguera por el simple hecho de pensar y ser diferentes. Ante este escenario se le preguntó a Sakey, de 33 años, por qué decidió mezclar el tema de las brujas con la depresión post parto.El de las brujas llegó primero, diría que primero fue lo de las brujas y luego lo del postparto. Siempre quise hacer algo sobre las brujas, porque es un tema que siempre me ha encantado y son increíblemente potentes, como una imagen poderosa en nuestra sociedad.La imagen de la bruja es muy significativa en tantos contextos y maneras diferentes. Sentía que había un lado bueno y un lado malo dentro de mí, había sentido en esa oscuridad, esa locura y gran parte de eso lo relacionaba con las brujas.No lo sé, me resultó muy reconfortante pasar tiempo viendo películas sobre mujeres que se comportan mal, viven en las afueras de la sociedad y hace cosas que se supone que no deben hacer. Todas esas películas me tranquilizaron en ese periodo en el que estuve enferma”, contó.
A lo largo de Brujas, que utilizó 150 fragmentos películas de distintas partes del mundo, Sankey muestra casos de mujeres que debido a la depresión postparto han tenido ideas suicidas u homicidas y cómo en el Reino Unido las tasas de suicidios de mujeres que acaban de ser mamás han aumentado. Ante este escenario, se han abierto en el país europeo 22 centros de atención para depresión postparto.
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