- Artículo 19 lo descalifica
- Agresor número uno de reporteros
PASAMANOS: Desde ahora, el juicio de la historia en contra de Javier Duarte, JD, es implacable. Sórdido. Crudo.
Y lo peor, y como diría un priista, ni por dónde ayudarlo para hacer menos pesada la cruz camino a su propio Gólgota.
Por ejemplo: el informe de la ONG Artículo 19, con sede en Londres, filial en México, resulta avasallante:
De todos y cada uno de los 32 estados del país, la Ciudad de México y Veracruz en los dos primeros lugares en agresiones a trabajadores de los medios: 67 casos en el año 2015 en cada entidad federativa.
Los más acosados, y en orden descendente, reporteros, fotógrafos, medios, directivos y camarógrafos.
Después del DF (Miguel Ángel Mancera) y Veracruz (JD), los gobernadores con más agresiones a los medios son:
Guerrero (priista Héctor Astudillo) con 56. Puebla (panista Rafael Moreno Valle) con 38 y Oaxaca (aliancista Gabino Cué, expriista) con 35.
No obstante, desde el año 2010, cuando JD asumió el poder el primero de diciembre, Veracruz ha acumulado 203 agresiones, más el asesinato de 17 reporteros y 3 más, de la fuente policiaca, desaparecidos. Más otros 3 exiliados por voluntad propia para salvar la vida.
Javier Duarte, “el principal perpetrador contra la prensa en México” asegura Darío Ramírez, director de Artículo 19 en México.
¡Vaya preseas coleccionadas por JD en el llamado sexenio próspero:
Primer lugar en agresiones a reporteros. Primer lugar en reporteros y fotógrafos asesinados. El peor rincón del mundo para el gremio periodístico. Segundo lugar nacional en fosas clandestinas. Tercer lugar nacional en feminicidios. El cementerio de migrantes más largo y extenso del país. Primer lugar nacional en cochinero administrativo con los recursos federales. Primer lugar nacional en la ordeña de las participaciones federales. Primer lugar nacional en cero obra de infraestructura. Primer lugar nacional en impunidad. Primer lugar nacional en el rechazo a la Alerta de Género. Segundo lugar nacional con la ley anti-aborto. Primer lugar nacional con hospitales inconclusos. Segundo lugar nacional con enfermos de SIDA. Primer lugar nacional con mujeres enfermas del cáncer de mama. Primer lugar nacional en producción y exportación de trabajadoras sexuales. Refugio por excelencia de tres carteles: los Zetas, Jalisco Nueva Generación y Del Golfo.
BALAUSTRADAS: Con la Ciudad de México, Veracruz, Guerrero, Puebla y Oaxaca como epicentros de las agresiones a reporteros, Artículo 19 documenta la realidad social en el año 2015, el peor de todos:
“Cinco casos de desplazamientos forzosos, siete allanamientos a domicilios particulares, 37 casos de privación ilegal de la libertad, 109 ataques físicos o materiales, 84 amenazas y cinco atentados contra instalaciones periodísticas con explosivos y armas de fuego.
Ataques cibernéticos a plataformas informativas digitales y amenazas y acosos de carácter sexual contra mujeres periodistas”.
Los casos más sórdidos, dice Artículo 19, el secuestro y asesinato del reportero y activista social, Moisés Sánchez Cereso, ejecutado en Medellín.
Rubén Espinoza, fotógrafo, asesinado en la colonia Narvarte de la Ciudad de México, pero que las pistas del crimen llevan a Veracruz.
Y el crimen de Filadelfo Sánchez, reportero en Oaxaca.
Una vez más, y desde la brutalidad y la barbarie en las ejecuciones, el Veracruz de Javier Duarte, Arturo Bermúdez Zurita y Luis Ángel Bravo Contreras, en el ranking nacional.
¡Honor y gloria! ¡Todo sea por Veracruz!
ESCALERAS: Artículo 19 lo expresa de una forma sencilla y contundente: “El miedo ya se ha instalado en la prensa mexicana”.
Más que la censura y más que la autocensura, el miedo.
Y el miedo cuando en el año 2015 se tocó fondo con 397 agresiones en contra de periodistas y medios de comunicación.
El miedo a publicar la realidad tal cual es. Escriban lo que vean, reza uno de los primeros párrafos del Apocalipsis.
Pero si en México, y más mucho más en Veracruz, se publica lo que ocurre en la realidad, la realidad sórdida, la realidad siniestra, la muerte con el permiso absoluto para cabalgar día y noche, entonces, la muerte del reportero. Mínimo, el secuestro. Mínimo, la intimidación. Mínimo, la censura del cuerpo editorial directivo y de los magnates periodísticos.
Por eso, en muchos confines del país el miedo se ha traducido en la histórica autocensura que antes, mucho antes, era por cuidar y mantener la buena relación con las elites políticas, y ahora, y además, con los carteles, los malandros, la delincuencia organizada.
Incluso, los políticos vengándose de los reporteros incómodos para agredir disfrazados de malandros.
Cada 22 horas, dice Artículo 19, un trabajador de la información es agredido en alguna región del país.
Y Veracruz, a la cabeza con la Ciudad de México.
Según Darío Ramírez, en primer lugar, los servidores públicos bajo sospecha. En segundo, particulares. Y en tercero, el crimen organizado.
Y cuando se refiere a servidores públicos incluye en la lista a policías. Policías, al servicio de sus jefes, todos políticos. Políticos disfrazados de policías. Policías disfrazados de políticos.
Las circunstancias se agravan porque, dice Artículo 19, las Comisiones de Atención y Protección a los Periodistas y las Fiscalías en cada entidad federativa constituyen en sí una simulación al servicio siempre de las cúpulas políticas a las que se deben en cada estado del país.