Aumentan los casos de diabetes en edades tempranas

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Cifras del Instituto Nacional de Salud Pública indican que las personas con diabetes en México aumentaron, ya que, en 2018, los individuos con 20 años o más que la tenían equivalían al 16.8%, pero para 2022 se incrementó a 18.3 por ciento. Es un dato relevante, ya que la estimación actual para la población mundial es del 10.5% (536 millones de personas) y se prevé que en 2045 sea de 12.2% (783 millones).

Marcela Agudelo Botero, profesora de la Facultad de Medicina, adscrita al Centro de Investigación en Políticas, Población y Salud (CIPPS), señala que estas proyecciones a nivel nacional e internacional son un llamado de alerta para tomar acciones con urgencia; tan sólo el número de jóvenes que comienzan con diabetes mellitus tipo 2 (DT2) desde edades tempranas por sobrepeso, inactividad física o antecedentes de la enfermedad en su familia, entre otros.

La Organización Panamericana de la Salud calcula que 62 millones de personas en el continente americano viven con DT2, un número que se ha triplicado desde 1980 en la misma región y de acuerdo con el Atlas de la diabetes, se prevé que llegue a los 109 millones para 2040; en los países de ingresos bajos y medios esta prevalencia ha aumentado más que en las naciones con altos ingresos.

Cuando hablamos de la DT2, por lo general, tenemos la idea de que ésta es una enfermedad que afecta principalmente –y casi de forma exclusiva– a las personas adultas de edad media o adultos mayores. No obstante, lo que se ha registrado, tanto en el mundo como en México, es que ha habido un incremento de la tasa de mortalidad y la carga de la enfermedad en individuos menores de 40 años”, subrayó la universitaria para la Gaceta UNAM.

Señaló la necesidad de atender a los jóvenes, el grupo en donde aumentó la incidencia y prevalencia de DT2, por lo que se necesitan más investigaciones para entender la epidemiología, desarrollo clínico y factores de la enfermedad en este grupo, ya que hay probabilidad de que este padecimiento este subdiagnosticado en etapas de su vida. El subdiagnóstico es un error que se produce cuando no se identifica algo presente, pero el Instituciones como el Consejo Mexicano de Medicina Interna lo tiene detectado.

El precio de la enfermedad

“Sabemos que enfermedades como la DT2 tienen una relación importante con las condiciones socioeconómicas, con el acceso a los servicios de salud y con las condiciones generales de vida. Esta enfermedad deviene de la conjunción de diferentes factores de riesgo: genéticos, sociales, ambientales, de nutrición, entre otros. Todos son importantes y tienen una relación directa con este tipo de padecimientos”, indicó la académica.

También destacó que datos de la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición (ENSANUT) 2018-2019 mostraron que la presencia de dos o más enfermedades (multimorbilidad cardiometabólica) en personas de 20 años afectó al 27.6 % de la población a la que se le aplicó el estudio señalado, mientras que, en el grupo de 20 a 39 años, la prevalencia fue del 12.5% y aunque es un número más bajo, revela un número importante de personas que viven con distintos padecimientos (como la DT2, hipertensión y obesidad) que afectarán en su calidad de vida.

Tan sólo el atender la obesidad infantil en México costará 30,000 millones de dólares anuales, según el estudio “Investment case for the prevention and reduction of childhood and adolescent overweight and obesity in Mexico”, hecho por la UNICEF y el Research Triangle Institute, además que causa afectaciones desde niños hasta la vida adulta en diferentes aspectos de la vida, como el escolar y laboral.

Sobre ello, Agudelo Botero comentó que el “Estudio de la Carga Global de la Enfermedad” (GBD, por sus siglas en inglés), reportó que la DT2 en menores de 40 años aumentó significativamente entre 1990 y 2019; el número de muertos subió 45.3% y los años de vida saludables perdidos incrementaron 31.3 por ciento.

¿Qué hacer?

La especialista mencionó que, en las infancias y juventudes con DT2 tienen signos y síntomas que varían, contraria a cuando las mismas personas tienen DT1, por lo que es importante identificar los factores de riesgo presentes (como la obesidad, por ejemplo) y acudir a un médico para que indique el tratamiento adecuado y así evitar otros padecimientos crónicos.

Propuso que los servicios de salud diseñen “estrategias y acciones dirigidas a atender las necesidades de esta población. No se puede generalizar el perfil clínico de los jóvenes con DT2, porque también hay que considerar que la infancia y la adolescencia son etapas de la vida en las que se experimentan muchos cambios físicos y de hábitos de vida”.

También hay que tomar en cuenta que algunos adolescentes comienzan a fumar o tomar bebidas alcohólicas a edades cada vez más tempranas, lo que debe valorarse para tener un diagnóstico a tiempo y evitar que la enfermedad se haga presente, crezca y de complicaciones.

*EL ECONOMISTA