Arruinados por la sequía

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En Cotaxtla, 420 productores perdieron sus cosechas y la esperanza de recuperar su inversión, mientras los pagos del banco los acechan. 

POR ANA OSORIO

 

FAMILIAS ENTERAS PIERDEN COSECHAS Y ESPERANZA
Con sus 67 años, José Lorenzo Espejo nunca recuerda haber vivido una situación similar. Él sembró cinco hectáreas pero como metió maquinaria para que “la cosecha se diera más bonita” gastó 10 mil pesos por cada una, para lo que invirtió todos sus ahorros.Aparte de él, toda su familia invirtió y trabajó en este sembradío del que dependen ocho personas entre hijos, nueras y nietos que ahora no saben qué harán para poder subsistir.

“Tendré que buscarle, siempre nos ha gustado trabajar. Ahí limpiando cercas, chapeando, levantando monte, mis hijos ya están trabajando en los papayos y ahí la llevamos”, señala.

El caso de Lorenzo no es único pues muchos de los 420 productores que perdieron su siembra, se apoyaron con sus hijos, nietos o hermanos, por lo que ahora serán familias enteras quienes deberán buscar otra actividad, mientras llega el momento de la siguiente siembra de temporal.

Un color amarillento recubre los campos sembrados de Cotaxtla, símbolo inequívoco de una sequía prolongada. Algunas milpas que no tienen más de un metro de alto se asoman con unos elotes que recuerdan más a los «minis» que venden enlatados que a aquellos que se cultivan año con año.

Los campesinos recorren una y otra vez sus siembras de maíz buscando una esperanza, pero se vuelven a encontrar con que la mayor parte del cultivo está perdido. No lograrán recuperarlo ni con las escasas lluvias que se presentan débiles, tiñendo lentamente a la región de un tono amarillo-verdoso.

Luego de 40 días sin lluvias, sin un sistema de riego y sobre todo de dinero para poder implementarlo, cerca de 420 productores de maíz de Cotaxtla, en el centro del estado  a tan sólo dos horas de la zona conurbada Veracruz- Boca del Río, perdieron sus cultivos.

Los apoyos gubernamentales como la agricultura por contrato y otras presumidas por la Secretaría de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación (SAGARPA)  y su homónimo estatal, Sedarpa,  poco llegan a este tipo de lugares donde los campesinos de escasos recursos se deben enfrentar solos a las épocas de sequía.

Los campesinos de toda la vida tienen poca confianza en que les entreguen algún recurso para recuperar lo perdido, pero no dejan de intentar abonar las milpas casi rezando que logren crecer algunos granos de maíz entre los matorrales secos, lamenta.

 

ESPIGAS SECAS Y OLOTES DONDE DEBERÍA HABER MAÍZ

Cuando llegaron las primeras lluvias del año, en la segunda quincena de junio y reblandecieron la tierra, Máximo Hernández supo que era momento de sembrar, tal y como se lo enseñaron su papá y el papá de su papá.

Sembró sus milpas de maíz en cerca de cinco hectáreas de tierra que trabaja desde siempre. Ahora sólo sirven como alimento para sus vacas.

Al darse cuenta que solamente habían crecido algunos cuantos elotes y demasiado pequeños para venderlos o recolectar las toneladas de maíz que esperaba, decidió que el mejor destino era usarlo de forraje para los animales.

Para él todo está perdido, pues no cree que lleguen apoyos, aunque dice que la lucha se debe hacer. Mientras, observa a sus vacas flacas comerse la milpa que tanto le costó sembrar, económica y laboralmente.

“Hace unos años tenía una granja de mojarras. Le metí y metí dinero, después del primer año me di cuenta que solo no iba a poder porque necesitaban oxígeno y metí cartas al gobierno para que me ayudaran y no hubo ni siquiera respuesta”, comentó al señalar unos huecos en la tierra llenos de agua maloliente, el único recuerdo que queda de su incursión en la acuacultura.

Las lluvias que tanto anhelaron durante semanas ahora no les dan ninguna esperanza, pues aunque el campo comienza a verse mejorado, la mayoría de las milpas ya “reventaron”, dieron elote pero muy pequeño para venderse por pieza y casi sin granos como para esperar el maíz.

Al caminar por el campo se dedican a comparar los sembradíos de unos y otros y aunque la situación es preocupante emiten sonoras carcajadas al ver algunas milpas que no lograron crecer más de medio metro.

De acuerdo con el director de Desarrollo Rural de Cotaxtla alrededor de 2 mil 200 hectáreas o un poco más, de las 3 mil 500 que se cultivaron, están en pérdida casi total.

Aquellos que tuvieron suerte lograrán recuperar hasta el 25 por ciento de las toneladas que creyeron que obtendrían. El resto sólo podrán observar las espigas secas y olotes donde debería haber maíz.

Según señala el funcionario, Cotaxtla no es el único municipio en esta situación pues igual están algunos aledaños como Puente Nacional, Purga, Jamapa y Carrillo Puerto.

 

SE ENDEUDARON PARA METER MAQUINARIA

En promedio un agricultor invierte alrededor de cinco  mil pesos por hectárea aunque para algunos se incrementa si usan maquinaria para mejorar el cultivo;  muchos obtienen el dinero a través de préstamos particulares, afirma.

Tal es el caso de Antonio Cárcamo quien para sembrar una hectárea de maíz pidió prestados en una caja de ahorro cinco  mil pesos, los cuales deberá pagar con un interés del tres por ciento y 1, 200 pesos más al ayuntamiento para poder comprar la semilla que utilizó.

Antonio con sus jeans viejos y su camisa raída observa su milpa y señala que su cultivo es pérdida total por lo que ahora no sabe qué hacer, pues en enero debe comenzar a pagar sus deudas.

Su principal preocupación no es pagar los préstamos, sino que además deberá conseguir y no sabe de dónde para volver a sembrar el próximo año pues es su única forma de obtener ingresos.

Adrián Hernández Vargas, otro agricultor de avanzada edad y de gesto bonachón a pesar del problema que atraviesa, está en una situación similar a la de  Antonio, comenta mientras se acomoda el sombrero, pues él pidió prestado a familiares, amigos y a “quien se dejara” para poder sembrar.

Siempre siembra dos hectáreas o menos, pero esta vez se quiso arriesgar para tener el dinero suficiente para vivir todo el año y pagar lo necesario para plantar el siguiente, por lo que pidió 15 mil pesos para cultivar cuatro hectáreas, el doble de lo normal.

Él cosechará menos de la cuarta parte de lo que esperaba y por lo tanto no sacará lo suficiente ni para cubrir su deuda por lo que tendrá que vender unos puercos que tiene.

Adrián recuerda que en algún momento hubo un proyecto de meter riego a las parcelas para evitar los problemas que les generan las faltas de lluvia de temporal e inclusive se hizo un pozo, pero quedó inconcluso.

Aunque el pozo se terminara, todos los campesinos coinciden en que no podrían meter este tipo de sistemas para sus tierras debido a la falta de dinero.

“Te piden (dinero) para que les pongan luz, te piden para tener el cableado, luego tienes que meter todos los canales y mangueras. Se lleva mucho dinero (…) imagínate que ponemos todo nuestro dinero ahí y luego llueve, sería igual que ahorita”, comentan entre ellos.

Al igual que con el pozo les sucede con otro tipo de programas que han escuchado mencionar que entrega el gobierno, pero que a cambio piden que ellos pongan un porcentaje o hasta la mitad de lo que cuestan los proyectos, lo que significa altas cantidades.

“Imagínate que te dicen que te van a dar maquinaria o que van a meter riego pero te piden millones de pesos, ¿de dónde los saco?”, comenta “Nico”.

“Me piden tres millones de pesos, si tuviera tres millones de pesos, mejor lo hago yo”, afirma otro de ellos.

El director de Desarrollo Rural lo confirma y cuenta que hay un proyecto que beneficiaría a 50 hectáreas con riego que cuesta 4 millones de pesos; la mitad lo pone el gobierno y el resto los campesinos, pero hay dificultad para comenzarlo pues no tienen dinero para pagar su parte.

El 20 por ciento de los beneficiarios del programa Procampo o Proagro productivo de la SAGARPA utilizan el 60 por ciento del presupuesto, entre los cuales se encuentran grandes empresas agropecuarias las cuales sí pueden pagar las altas sumas de dinero que solicitan.

El resto, el 80 por ciento de los inscritos al programa se reparten menos de la mitad del dinero.

Aunque los reportes del Sistema de Información Agroalimentaria y Pesquera de la SAGARPA señalan que la cantidad de hectáreas que se cultivan en el estado han incrementado, la Secretaría de Trabajo indica que han disminuido los productores.

Las cifras que emite el estado de Veracruz y las de la SAGARPA no coinciden, puesto que el primero en un informe de gobierno dice que en el 2011 se sembraron en 633 mil 384 hectáreas mientras que el Sistema Nacional afirma que son 1 millón 456 mil 305.

Los campesinos muestran sonrientes las mazorcas donde debiera haber maíz e inclusive muerden algunas para ver si son comestibles mientras bromean, para contrarrestar su tristeza, que será lo que comerán durante todo el año.

Los elotes que debieran estar listos son muy pequeños y tienen muy pocos granos apenas desarrollados, por lo que para la mayoría lejos de ser una broma es un motivo de preocupación que los ha llevado a decir que inclusive le “lloran a la milpa”.

Los cultivos perdidos y con ellos el dinero, es sólo uno de los factores que preocupa a los habitantes de Cotaxtla, otro es que el maíz será escaso y por lo tanto su precio aumentará.

En estos momentos, el kilo de maíz cuesta cinco pesos, pero para el próximo año podría llegar hasta los nueve pesos.