A arriesgarse

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JORGE FCO. CABRAL BRAVO

 

Anestesia es un acto médico controlado en el que se usan fármacos para bloquear la sensibilidad táctil y dolorosa de un paciente, sea en todo o parte de su cuerpo y sea con o sin compromiso de conciencia.

Así, bloqueada de sensibilidad contra la corrupción, se encuentra el cuerpo de la sociedad mexicana. Este bloqueo no es en todo el cuerpo y espero que no sea con el compromiso de nuestra conciencia.

Hay partes que aún muestran dolor por esta práctica tan profunda en el sistema político-económico-social de nuestro México.

Ya señalaba Octavio Paz en el laberinto de la soledad, las repetidas «inmoralidades» con las que el régimen post-revolucionario se fue forjando.

Así, anestesiados, presenciamos que Monreal regresa 15 millones de pesos de una «subvención extraordinaria» que su fracción parlamentaria recibió de la Secretaría General de la Cámara de Diputados. Es noticia un día, sin explicación de nadie. ¿ Cuánto han recibido los otros partidos? ¿Qué han hecho con estas cantidades? ¿ Qué justifica ésta llamada subvención?

Anestesiados escuchamos que en todo México, hoteles, centros de negocios, residencias millonarias, ranchos, pertenecen al gobernador, al diputado, al senador, al alcalde.

Anestesiados vemos cómo políticos amasan fortunas multimillonarias.

Anestesiados somos testigos de que los contratos de obra, compras y servicios que adquieren municipios, estados, y el gobierno federal, benefician a los amigos y familiares de los poderosos. Leemos de jueces que venden sus fallos. Somos una sociedad «aceitada» para que los acuerdos «transiten». Verbos y adjetivos tatuados en la piel de lo que somos y como hacemos las cosas. Tatuados a pesar de la pobreza extrema y lacerante.

El Congreso hizo bien en concentrar sus trabajo estos meses para probar las reformas de telecomunicaciones y energía. Sería una gran señal que retomen el tema de la Comisión Anticorrupción. Que se constituya con mujeres y hombres ejemplares, y que tenga las facultades para iniciar procesos de investigación y judiciales para comenzar a erradicar este cáncer.

¿No se ha preguntado usted hasta cuando dirigiremos, podeís ir en paz, la pesadilla ha terminado?

Ruego al lector que me permita expresar que quien no cuenta que a fracasado alguna vez, es un gran perdedor. Así las cosas, aprovecho este espacio para compartirles desde mi perspectiva, la reflexión del filósofo esloveno Slavoj Zizek, la que me llevó a pensar sobre México. Sobre como aquí, entre nosotros, hace rato también que la imaginación política anda de capa caída. Lo nuestro a lo largo de los últimos 30 años ha sido una agenda » que quizá empezó como visión grande pero que con el tiempo, se fue convirtiendo en una lista de tareas a completar: las famosas «reformas más estructurales» pendientes desde mediados de los 90’s».

Hoy, tras haberse aprobado la reforma energética, la más importante y difícil de todas queda claro que lo que sigue es conseguir que la multitud de reformas legales aprobadas se traduzcan en mejor gobernanza y en mayor crecimiento económico. No será fácil pero dado que al gobierno le va literalmente la vida en ello, es esperable que invierta mucho en conseguirlo.

Ya veremos, qué tanto lo logra. Lo que a mí y me atrevería a decir al país entero nos sigue faltando es una visión ambiciosa y, al mismo tiempo, concreta que nos inspire, nos aporte un vocabulario común y sea capaz de movilizar la energía de todos en pos de un objetivo compartido. Algo así como lo de Martin Luther King de soñar y trabajar por un país de iguales.